Aunque todavía no es una Ley en Firme, la votación del Parlamento Europeo abrió la puerta para entablar negociaciones con los Estados miembros, y redactar un texto de compromiso que podría ser refrendado en los próximos meses. Esta Ley supone una oportunidad para una verdadera transición ecológica en la UE, a continuación, desgranamos algunos detalles.

La Ley de Restauración de la Naturaleza fue propuesta por primera vez en junio de 2022, ante el alarmante dato de que el 80% de los hábitats en Europa están en mal estado, el 70% de los suelos en un estado poco saludable y el 10% de los polinizadores están en peligro de extinción.

Una serie de factores están ejerciendo presión sobre los ecosistemas y las poblaciones de especies, entre ellos:

  • la contaminación,
  • el cambio climático,
  • la pérdida de hábitat,
  • las especies invasoras.

Este declive tiene también una gran importancia económica, ya que la naturaleza es la base de la economía mundial. Más de la mitad del PIB mundial depende de materiales y servicios suministrados por los ecosistemas.

Ley Restauración de la Naturaleza

Figura 1. Beneficios que nos aporta la naturaleza. Fuente: UE

La futura legislación europea sobre restauración tiene por objeto establecer un objetivo vinculante a escala de la UE, que obligaría a los Estados miembros a poner en marcha Planes Nacionales de Restauración, con medidas eficaces de restauración para cubrir al menos el 20 % de las zonas terrestres y marítimas de la UE de aquí a 2030. Asimismo, deben adoptarse medidas para todos los ecosistemas que necesiten restauración de aquí a 2050.

La regulación sobre la restauración de la naturaleza afectaría a:

  • los hábitats terrestres y marinos degradados, el objetivo sería poner en marcha medidas de restauración en al menos el 30 %de estos hábitats a escala de la UE de aquí a 2030
  • los polinizadores, casi 5. 000 millones de euros de la producción agrícola anual de la UE se atribuyen directamente a los insectos polinizadores, que deberán tener medidas de protección.
  • los ecosistemas agrícolas, con mejoras en la calidad del suelo y en la renaturalización de hábitats agrícolas
  • las zonas urbanas, apostando por las infraestructuras verdes
  • los ríos y las llanuras aluviales, eliminando barreras obsoletas y mejorar el estado de las aguas.
  • los bosques, mejorando la salud forestal y la biodiversidad en estos enclaves esenciales para la captura de carbono.

Se aplicarían algunas excepciones a las normas de restauración para las zonas utilizadas con fines de defensa nacional y para proyectos de energías renovables.

Estado de los hábitats de la UE. Fuente: AEMA

En el ISM, llevamos impartiendo nuestro curso de Restauración Ambiental de Espacios Degradados desde hace más de 10 años, apostando por esta disciplina como clave para la lucha contra la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.