Compartimos con vosotros un nuevo post donde Jonatan Viñas, profesor del Área de Residuos del Instituto Superior del Medio Ambiente resuelve algunas dudas sobre el papel de la formación en materia de residuos y los retos a los que se enfrentan los profesionales de este sector. 

El papel de la formación en la gestión de residuos


¿Qué programas de formación reciben los trabajadores municipales en relación con la gestión de residuos y el reciclaje?

  • En general, los técnicos municipales encargados de la gestión de residuos y reciclaje tienen acceso a diversas formaciones especializadas para mejorar sus competencias en este ámbito, a través del plan de formación anual de los trabajadores públicos, como derivado de planes diseñados específicamente, cursos elaborados por las empresas especializadas en el sector, visitas técnicas, y por supuesto con la asistencia a ferias y jornadas técnicas.
  • Si bien es cierto, mi experiencia me dice que esto varía significativamente de unas administraciones a otras, y especialmente por el tamaño de la entidad, comunidad o ayuntamiento donde desarrollan su actividad; Obviamente teniendo más acceso a formación cuanto mayor sea la gestión que abordan.
  • Si nos centramos por ejemplo en la Comunidad de Madrid, cabe destacar las siguientes líneas de formación de los técnicos municipales en materia de residuos y reciclaje:
    • Formación ofrecida por la Comunidad de Madrid.

La Dirección General de Comercio, Consumo y Servicios organiza actividades formativas dirigidas a técnicos y especialistas en el área del consumo, que incluyen aspectos relacionados con la gestión de residuos.

    • Cursos especializados en gestión de residuos

Instituciones como el Instituto Tecnológico Madrid o el Instituto Superior del Medio Ambiente imparten cursos específicos en gestión de residuos urbanos e industriales.

Además de estas opciones, es común que los municipios organicen talleres, cursos y actividades de sensibilización dirigidos tanto a la ciudadanía como a sus empleados municipales. Por ejemplo, en noviembre de 2024, Alcorcón llevó a cabo una campaña de concienciación sobre la gestión sostenible de residuos, que incluyó talleres y programas educativos en colegios, centros de mayores y comercios. Estas iniciativas también sirven como oportunidades de formación práctica para los técnicos municipales.

¿Cuál es la forma más eficiente de que la ciudadanía esté correctamente informada sobre cómo separar y gestionar sus residuos?

En España (y específicamente en las grandes urbes como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla, etc.), los ciudadanos pueden acceder a múltiples fuentes de información sobre cómo separar y gestionar correctamente los residuos. Estas fuentes están diseñadas para potenciar el reciclaje, reducir residuos y mejorar la sostenibilidad urbana.

Hay multitud de canales de formación e información en cómo, cuándo, qué y por qué reciclar como pueden ser: canales de difusión de Ayuntamientos (webs oficiales con guías prácticas), campañas informativas en redes sociales, radio, prensa y vallas publicitarias. Aplicaciones móviles para gestionar residuos, puntos limpios o recoger voluminosos (por ejemplo, en Madrid: Madrid Limpia).

Pero en mi opinión las técnicas más efectivas para mejorar la concienciación ciudadana en materia de reciclaje, economía circular y sostenibilidad se centran en conseguir que sea algo actual, moderno y popular; y para ello es necesario utilizar los canales más potentes en la actualidad, que la difusión de las campañas de conciliación se realice a través de las redes sociales de personajes famosos, streamers y youtubers dado que tanto el número como el grado de impacto, especialmente sobre los más jóvenes, es enorme.

Otra estrategia de gran calado es la elaboración de campañas de concienciación en la calle priorizando zonas céntricas, peatonales o de comercio, o eventos, donde la formación en reciclaje esté entregada en un espectáculo divertido (por ejemplo, la campaña “Haz tú magia” del Ayuntamiento de Madrid), o participativo (encestar residuos en el contenedor de la fracción correcta).

¿Cuáles son los retos que enfrentan los municipios a la hora de implementar una correcta gestión de residuos?

Hay que adelantar que la correcta gestión de residuos por parte de los ciudadanos representa un desafío constante para los entes municipales. Pero considero que los principales retos que deben combatir son:

  • Falta de concienciación ciudadana: ciertos ciudadanos aún no comprenden la importancia del reciclaje, y modificar sus hábitos es una tarea difícil y a medio plazo. Esta problemática se intensifica cuando los cambio normativos provocan nuevas fracciones a recoger o diferentes residuos en la misma fracción; en estos casos es necesario acompañar estos cambios con procesos educativos y explicativos.
  • Separación incorrecta de residuos: aunque existan contenedores para las diferentes fracciones, los residuos muchas veces se depositan mal, contaminando de materiales reciclables separados correctamente, o mezclando con residuos peligrosos o voluminosos en lugares indebidos.
  • Aumento del volumen de residuos urbanos. Indudablemente a más consumo, más residuos. Al igual, estamos sufriendo un crecimiento exponencial de los residuos electrónicos, envases y embalajes.
  • Dispersión geográfica. Este es un factor que indudablemente reduce significativamente la capacidad de formación, información, seguimiento y control de los ciudadanos a la hora de reciclar y hacerlo de forma correcta.
  • Limitaciones presupuestarias. No todos los municipios disponen de los fondos suficientes para mejorar infraestructura, contratar personal o invertir en campañas de sensibilización.

Si bien es cierto, con una buena estratégica y pensando en medio y largo plazo estos retos se pueden superar con solvencia, repercutiendo en una mejora significativa de la concienciación ciudadana en materia de reciclaje de gran relevancia, y pudiendo ser constante en el tiempo.

¿Cómo contribuye la formación de los profesionales a alcanzar los objetivos ambientales y de reducción en la emisión de residuos o el reciclado?

La formación de profesionales es el buque insignia en la consecución de los objetivos ambientales, especialmente en lo que respecta a la reducción de emisiones, la gestión de residuos y el fomento del reciclaje, y explico el porqué:

  • Los profesionales bien formados son más conscientes del impacto ambiental de sus actividades. Esta conciencia se traduce en decisiones más sostenibles dentro de sus áreas de trabajo, desde el diseño de productos hasta la gestión de procesos.
  • Formar a profesionales con conocimientos en tecnologías verdes permite aplicar soluciones innovadoras para reducir el consumo energético, disminuir emisiones contaminantes, mejorar la eficiencia en el uso de recursos.
  • Desde ingenieros hasta diseñadores industriales, los profesionales con formación ambiental pueden optar por materiales reciclables o biodegradables, procesos de bajo impacto, ciclos de vida de productos más sostenibles, cumplir y hacer cumplir a las empresas la legislación ambiental, liderar políticas internas de sostenibilidad, y lo más importante, ser agente de cambio dentro de su entorno.

En resumen, la formación no solo capacita técnicamente, sino que también transforma la mentalidad, alineando las habilidades de los profesionales con los grandes retos ambientales del presente y del futuro.

¿Qué diferencias hay entre las gestiones dependiendo de la Comunidad?

Es evidente que ​la gestión de residuos en España presenta notables diferencias entre las comunidades autónomas, influenciadas por factores como normativas regionales, infraestructuras disponibles y políticas implementadas. Pongo algunos ejemplos:

  • En términos de reciclaje, Baleares destaca con una tasa de separación de residuos del 90,2%, seguida de cerca por el País Vasco (89,2%) y La Rioja (87,8%). En contraste, comunidades como la Comunidad Valenciana (77,6%), Canarias (76,5%) y Extremadura (73,2%) presentan tasas más bajas. Estas diferencias reflejan la eficacia de las políticas implementadas y el grado de concienciación ciudadana en cada región.
  • La capacidad de tratamiento de residuos también es un factor fundamental y variante entre comunidades. Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana y La Rioja han invertido en infraestructuras que permiten un mayor reciclaje y reutilización, reduciendo la dependencia de vertederos.
  • Algunas regiones han establecido restricciones adicionales en la gestión de residuos. Andalucía, por ejemplo, prohíbe la entrada de residuos peligrosos provenientes de otras comunidades autónomas, basándose en su normativa regional, aunque la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha puesto en tela de juicio su legalidad.

Estas variaciones en la gestión de residuos entre comunidades autónomas resaltan la necesidad de una mayor armonización normativa y de políticas integrales que promuevan la eficiencia y sostenibilidad en todo el territorio nacional.

¿Cómo se determina qué sistema implementar (En Madrid hay contenedores y cubos por comunidad de vecinos, mientras en otras ciudades de España esto no existe)?

La elección del sistema de recogida más adecuado depende de multitud de variables como las urbanas y demográficas (estructura urbana, usos del municipio, climatología, densidad y estacionalidad poblacional, dispersión geográfica, etc.), las relacionadas con los residuos como son cantidad y composición del residuo generado, y la tasa de reciclado, que varía significativamente entre municipios. Las variables técnicas y operativas: ¿hay la Infraestructura suficiente de plantas de transferencia, reciclaje, compostaje, incineración? ¿Cómo están de lejos?, y por último variables económicas como es el presupuesto municipal para la recogida y gestión de residuos.

La gran diferencia entre los sistemas de recogida es si se realiza mediante contenedores comunes para toda la ciudadanía colocados en la vía pública (carga lateral, superior, vertical o trasera de 4 ruedas), denominados islas ecológicas o de aportación, donde los ciudadanos se desplazan a depositar sus residuos; o si por el contrario los ciudadanos disponen de contenedores individuales (de carga trasera de 2 ruedas) en sus comunidades de vecinos donde verter sus residuos y, según el horario establecido, son los gestores de los edificios quienes se encargan de sacar los contenedores a la vía pública para que sean vaciados y, posteriormente, retornados al interior de su vecindario.

En términos generales, los sistemas de islas de aportación son las más económicos para el ente municipal pero los menos eficientes en materia de concienciación y reciclaje, especialmente en la calidad de los residuos recogidos. Esto se debe a que son contenedores de gran capacidad que son recogidos por camiones de gran volumen y rendimiento.

Sin embargo, los sistemas de recogida mediante contenedores domiciliarios hacen que la concienciación ambiental de los ciudadanos está más presente, por lo que tanto la cantidad como la calidad de los residuos reciclables es muy superior. Si bien es cierto, estos sistemas comunitarios requieren contenedores de pequeña capacidad que se recogen “a la puerta” de los edificios, y, por lo tanto, el número de contenedores a recoger o el personal necesario es significativamente superior, más del triple que los sistemas de islas de aportación. Por lo tanto, el coste y gestión es más elevada.

Si bien es cierto, que los que nos dedicamos a la búsqueda de la “piedra filosofal” para incrementar los niveles de reciclaje, tenemos claro que el sistema de recogida puerta a puerta con el pago por generación es sin lugar a duda, el más exitoso. Este sistema es muy sencillo:

  1. Cada ciudadano dispone de sus propios cubos para la segregación de los residuos, y se le asigna un código QR que se le suministrará en forma de pegatina. Esta deberá ser colocada sobre la bolsa o cubo.
  2. En el caso de la fracción resto el ciudadano estará obligado a gestionar el residuo en una bolsa específica exigida por el ayuntamiento, que tiene un precio elevado (entre 0,50 y 1,00€ cada bolsa). Este coste hace que se incentive la segregación de los residuos, y que el ciudadano busque minimizar el número de bolsas que genera de fracción resto, para reducir lo máximo posible su coste.
  • La recogida de cada fracción es alterna durante la semana, de tal manera que cada día se recoge una fracción diferente, lo que permite a los equipos de recogida, la detección rápida y ágil de una segregación incorrecta.
  1. Los ciudadanos sacan al portal la fracción que corresponda cada día, y los servicios de recogida, (a través de un dispositivo específico, mayoritariamente una pulsera) proceden a la lectura de cada una de las bolsas, los casos en los que se detecte una segregación incorrecta son identificados y recibirán su correspondiente sanción económica. Las multas suelen estar entre 100€-300€.

La experiencia en la implantación de este sistema en ciertos municipios españoles nos permite afirmar que garantiza un incremento directo el primer año de implantación, de entre un 12% y un 18%, en la mayoría de los casos.

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